Las mujeres investigadoras, científicas e ingenieras conforman una minoría respecto a los varones, tanto en España como en el resto del mundo. Es una cuestión de género: la mujer, por mandatos familiares, prejuicios socioculturales o porque la sociedad la demanda en otros ámbitos laborales, tiene poco acceso a ramas profesionales vinculadas a ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés).

Como docente, sabrás que muchos de los problemas de adultos se originan en cuestiones aparentemente menores o de niños. ¿Cómo se aplica en este caso? Las llamadas STEM, asignaturas que se cursan desde la educación primaria y, en especial desde secundaria, no seducen lo suficiente a las niñas y jóvenes que, por diversas causas, terminan cursando otro tipo de materias. Conclusión: el mercado laboral, de cara al futuro, demanda carreras STEM para las que una inmensa mayoría femenina no se halla capacitada.

Educación y género: una pareja para el cambio

Estudios recientes confirman que las niñas de entre 11 y 12 años se muestran muy interesadas en las STEM. Pese a ello, cuando alcanzan los 15 años, edad en las que deberían ir perfilando un futuro académico y laboral, esa motivación decrece. Al punto que, en el ámbito de la educación superior, solo el 35 % de los estudiantes matriculados en carreras afines a ciencias y tecnología, ingeniería y matemáticas son mujeres.

¿Qué puedo hacer como docente para revertir esta situación?, te preguntarás. La respuesta es que puedes hacer mucho por las futuras generaciones. ¿Cómo? Tú puedes fomentar su interés por las STEM desde el aula. Por ejemplo, rompiendo mitos tales como que las ciencias exactas y las tecnologías aplicadas son carreras masculinas. En segundo término, apelando a figuras femeninas vinculadas a la física, al campo de las investigaciones, a la ingeniería y la os avances tecnológicos.

Ello contribuirá a que, a través de la identificación, las niñas y jóvenes se aventuren a seguir ese tipo de carreras. Las biografías sobre científicas como Marie Curie e, incluso, muchas vidas reales llevadas al formato cinematográfico, también motivarán a tus estudiantes. Busca recursos innovadores para confirmarles que el futuro, distinto al pasado, ya no es “cosa de hombres”. Transmíteles que la mujer tendrá un rol protagónico si hoy comienza a prepararse para ello.

Nunca antes las cuestiones de género estuvieron tan a la orden del día. El futuro de las mujeres, su bienestar y su protagonismo en un mundo científico y tecnológico dependerá en gran parte de que tú, como profesor, aportes tu granito de arena con el fin de que ellas puedan, desde niñas, optar por aquello que más les guste. Por ello, anima a tus alumnas a apostar por un mañana distinto. Ellas te lo agradecerán con creces. Vale la pena, ¿no crees?